jueves, 10 de septiembre de 2020

FALCATAS

 Faͣlcͨaͣᴛⷮaͣs͛

La insigne arma blanca de los iberos junto con el gladius hispaniensis.
Fue la gran temida en el campo de batalla y su capacidad de herir y lacerar, su facilidad de manejo, su versatilidad y su alta capacidad mortífera traspasó allende los territorios y los mares.

En Jaén, territorio oretano principalmente, se han encontrado ejemplares que si ya son hermosos con su deterioro inherente, serían puro esplendor de la forja local hace 2300 años. Puro arte ibero forjado en los oppida con un único fin: acompañar al guerrero, al lobo ibero, en la vida y en la muerte.

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Las dos superiores son dos falcatas, una de ellas larga y ornamentada con filamento de plata y repujado de bronce. La otra del tamaño normal.
La tercera arma (izda) es un puñal de antenas, con su característica forma triangular.
La cuarta (inferior) es una espada corta (dobleglobular) o daga tipo gladius (pugio).

Armas iberas del museo arqueológico de Jaén.

 


PUENTE ROMANO DE OBULCO

 Pᴜᴇɴᴛᴇ Rᴏᴍᴀɴᴏ ᴅᴇ Oʙᴠʟᴄᴏ

Sucumbió al paso del tiempo, pero aún resiste como un recuerdo de lo que fue la gran Urbs Victrix Nobilis de Obvlco, la gran aliada de Gayo Julio César en la segunda guerra civil de la república romana.

-Porcuna (Jaén)-

 





Pendientes iberos

 𝖠𝖱𝖱𝖠𝖢𝖠𝖣𝖠𝖲

Son los pendientes de moda en el Mediterráneo del siglo V aC. Desde Etruria hasta Egipto, pasando por Iberia (iberos y celtas). Por tanto, son parte del ornamento femenino ibérico.

Estos son iberos, con forma de doble media Luna y realizados en oro fueron hallados en Alcaudete (Jaén).

De estilo sencillo sin filigranas ni repujados tienen un diseño limpio y bello. Un anillo de oro acompaña el ajuar.


 

Puteis et Horreum en Obulco e Ipolka

 Pᴜᴛᴇɪs et Hᴏʀʀᴇᴜᴍ

De unos 7.000 modios de capacidad media (+ de 60 m3) los silos iberorromanos eran la gran reserva de grano del duro invierno.
Estaban construidos en el subsuelo y normalmente en conjuntos, lo que se conoce como campos de silos.
Los hechos de piedra iberos, que pasaron a los romanos a posterior. Si el silo era de ladrillo se descarta el origen prerromano.

En Ipolka y Obvlco la actividad del cereal fue intensa y los campos de silos abundantes. En la zona de San Marcos - Berral se halló un conjunto del que los especialistas señalan que debió de ser enorme en número. Es notorio que en su paso está una importante vía romana de entrada a la urbe. Por lo que el emplazamiento es ideal.

Plinio escribió en la segunda mitad del siglo I, que en Hispania el grano se guardaba en silos situadas en terrenos secos en el fondo de los cuales y en sus paredes se había dispuesto previamente una capa de paja, de esta manera podía durar hasta 50 años, y 100 años el mijo. Además llevaba una capa en sus paredes de amurca (alpechín) para auyentar insectos.

Los Horreum o Horreos son todo lo opuesto. En vez de subterráneos son aéreos, elevados. Pero se usaron únicamente, que sepamos, por los romanos. Normalmente se asocian al norte peninsular, pero en la Bética también se construyeron. Ejemplo de ello, como no puede ser de otra forma, en Obvlco, la gran urbe ulterior bendecida por el César. En un registro epigráfico se registra un horreo y tabernae por parte del curator bético, comisario responsable del abastecimiento.

Imagenes de los putei:
“CEREALES EN HISPANIA ULTERIOR: SILOS DE EPOCA IBERO-ROMANA EN LA CAMPIÑA DE CORDOBA”
Pedro J. Lacort Navarro

 








El caballo ibero

 𝙀𝙇 𝘾𝘼𝘽𝘼𝙇𝙇𝙊 𝙄𝘽𝙀𝙍𝙊

En el mundo ibero, así como en el resto del Mediterráneo, existe un animal que es el motor de transporte, agrícola, comercial y bélico de la sociedades del hierro.

Es el caballo. Animal funcional y sagrado. Terrenal y espiritual. Para muchos el vínculo entre la vida y la muerte, el transportador de almas.
Unido a la diosa Potnia Hippon - Ipona y ligado a los ritos funerarios. Parece ser que también a los rituales de sacrificio como en el Turuñuelo o los relieves del Cigarralejo o los exvotos Cancho Roano.

Para los túrdulos y turdetanos el caballo está ligado a la guerra y al poder, y es esculpido en muchas de las esculturas de la capital, en Ipolka. Muestra de ello es este explendido ejemplar de casi tamaño natural de caballo con perfectos detalles de bocado y guarnición del Cerrillo Blanco de Porcuna.

La última foto es de una de las pocas bocas de caballo ibero que existen, morro relinchando lleno de detalle. Corresponde también al Cerrillo Blanco.




 

Lucha ibera en el Cerrillo Blanco

 𝕃𝕠𝕤 ℙ𝕦́𝕘𝕚𝕝𝕖𝕤

La lucha es uno de los deportes más antiguos, fruto del rol competitivo del hombre en toda su historia.

Obviamente ha acompañado a las pugnas retadoras masculinas y de ascenso jerárquico o de estatus de la historia mundial. Pudiendo tener origen (registral) con los acadios y sumerios, se extiende por todo el Mediterráneo desde Egipto hasta Creta.

En Grecia la lucha se introdujo en los Juegos Olímpicos del 708 aC.

Esta escultura del Cerrillo Blanco de Porcuna responde a la afición ibera a este deporte y estaría datada como el resto del conjunto escultórico sobre el siglo V aC.

Se aprecia un tipo de lucha (por el cinturón y ropaje y trabados) de contacto, agarre y vuelco, como perdura en algunas comunidades del tipo aluche, lucha canaria o grecorromana.

Uno de los primeros vestigios de la lucha en la península encontrado en la capital ibera de Ipolka (Porcuna).


 

Despotes Hippon

 Dᴇsᴘᴏᴛᴇs Hɪᴘᴘᴏɴ

El caballo es el gran propulsor de las migraciones y el avance ganadero, agrícola, comercial, bélico y social.

Muchas profesiones se formarían en torno a este precioso y útil animal. Una sería el de domador y criador de caballos... y quizá sea esta pieza reflejo de eso. Pero posiblemente no.

Desde los inicios civilizados o civilizadores se ha representado a una importante diosa desde una iconografía estética y estricta. Una mujer central con dos animales a sendos lados, dos animales a izda y dcha. Potnia Theron.

Y cuando son una pareja de caballos Potnia Hippon, potnija para los griegos antiguos.

Pero antes de los minoicos fueron los esteparios de Anatolia hace 7.500 años. Una diosa que pervive hasta los pueblos iberos y que es venerada hace 2500 años en la península.

Para los Galos y otros pueblos indoeuropeos fue Ekwona {ekwo = caballo/ potro}.
En la vecina Lusitania Iccona {Icco = caballo}.
Para griegos (H)ippona {(h)ippo = caballo}.
Para celtas (y después romanos) Epona {Epo = caballo}.
Y para iberos Ipona {Ipo = caballo}.

Siendo un exponente verosímil del IPO tartesio capitalino.

Pero pudo haber un paralelo masculino en nuestra pasada cultura (fruto de una sociedad patriarcal o no). El conocido como “domador de caballos” o más apropiado quizás “Despotes Hippon” o el señor de los caballos.

En Jaén y alrededores tubo una evidente representación, pero de lo encontrado destaca el bajorrelieve de Mogón. Villacarrillo. s V - IV aC.

Expuesto en el Museo de Jaén.

Fot. propia.