La caza menor de conejos y liebres estuvo muy extendida en la cultura ibera. Muestra de ello es la representación en cerámica de esas escenas cinegéticas, pero la mejor de todas es la representación escultórica de esta práctica en el Cerrillo Blanco de Porcuna, de Ipolka. S. V aC. Altorrelieve.
En ella se representa al cazador con la pieza cobrada en una mano, la liebre, y con la otra sujeta al perro (de gran tamaño, posible mastín) con la boca abierta y la lengua fuera. Una escultura llena de dinamismo y belleza, que como el resto del conjunto, nos muestra en sus restos como fue nuestro pasado, amén de otras informaciones como gastronomía, costumbrismo, e incluso moda. La caza menor, sería parte esencial de la dieta ibera, junto con aves, domésticos, cereales y verduras, y en menor medida la caza mayor.
Como apunte, escurioso que el can este marcado con un triple rombo simétrico en el costado derecho.
Fotos propias. Museo de Jaén 2020
Parte del conjunto escultórico ibero ipolkano de El Cerrillo Blanco de Porcuna, Jaén. Andalucía.
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