𝕖𝕝 𝕝𝕠𝕓𝕠 𝕤𝕒𝕘𝕣𝕒𝕕𝕠
El pueblo ibero no tenía la actual animadversión por el lobo. Si no todo lo contrario. Era un importante animal sagrado que acompañaba a guerreros en la vida como en la muerte, con sus correspondientes liturgias. Por eso debemos analizarlo en ese contexto sacro y diferenciado en min opinión.
Existen innumerables representaciones del animal en la cultura ibera, pero siempre en un contexto militar o funerario, o incluso en una mezcla de ambos.
El ibero considera al
lobo como sagrado, tiene un papel idealizado, él mismo se llega a
considerar un lobo en ciertos contextos como el militar. Básicamente por
la estrategia de caza grupal, por la jerarquización, la cohesión… el
régulo es un alfa que dirige un ejército, y el lobo es su referente. Por
eso se encuentran las corazas de lobo, como la de la Alcudia (1)
(Elche), las frecuentes cerámicas simbólicas, los bronces de Maquiz (2)
(Mengíbar, Jaén) para los yugos funerarios, las frecuentes páteras de
libación y de ajuar como la extraordinaria de Perotito (3) (Santisteban
del Puerto, Jaén), incluso había regiones de marcado carácter de
santuario o de adoración como Iltiraka (4) en la actual Úbeda (Jaén)…
que conforma un dominio del lobo especial en la provincia de Jaén.
Como he comentado en mi valoración, el lobo acompaña al guerrero líder en la vida y en la muerte.
Hay una identificación con el animal, un vínculo, un nexo protector sagrado… (urna funeraria de Villargordo, Jaén) por ese motivo es descartable la licomaquia en el mundo ibero. Y las representaciones que se han tomado como lucha entre hombre y lobo en realidad no lo son, ni por asomo.
Las representaciones del Cerrillo Blanco, de El Pajarillo, de la Alcudia… donde se encuentran la mayoría de alegorías no son luchas hombre-lobo, son ritos y mal entendidas muestras del carácter unificado y protector del lobo.
Existió un profunda asimilación divina protectora y guerrera con el lobo, incluso cultos o ritos de iniciación místicos, sociales y militares con la figura canina. Un niño dejaba de ser niño, cuando pasaba a ser lobo.
Pasaba a ser guerrero.
Como he comentado en mi valoración, el lobo acompaña al guerrero líder en la vida y en la muerte.
Hay una identificación con el animal, un vínculo, un nexo protector sagrado… (urna funeraria de Villargordo, Jaén) por ese motivo es descartable la licomaquia en el mundo ibero. Y las representaciones que se han tomado como lucha entre hombre y lobo en realidad no lo son, ni por asomo.
Las representaciones del Cerrillo Blanco, de El Pajarillo, de la Alcudia… donde se encuentran la mayoría de alegorías no son luchas hombre-lobo, son ritos y mal entendidas muestras del carácter unificado y protector del lobo.
Existió un profunda asimilación divina protectora y guerrera con el lobo, incluso cultos o ritos de iniciación místicos, sociales y militares con la figura canina. Un niño dejaba de ser niño, cuando pasaba a ser lobo.
Pasaba a ser guerrero.
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