𝙿𝚎𝚒𝚗𝚎 𝚝𝚊𝚛𝚝𝚎𝚜𝚒𝚘
Cerrillo Blanco de Porcuna
s VII aC - Ipolka
La coquetería y los cuidados estéticos son tan antiguos como lo es el propio homo sapiens. En la península tenemos multitud de detalles que avalan ese cuidado de imagen desde hace milenios. Y parte esencial de los acicalamientos y posiblemente, de las interacciones sociales fuese la peluquería y los cepillados del cabello.
En sus neceseres paleohispánicos, además de los ungüentarios o maquillajes, las mujeres iberas de alto copete, llevarían peines muy elaborados y decorados con motivos artísticos, místicos y sagrados.
Ejemplo perfecto es este peine de marfil hallado en la necrópolis dinástica del Cerrillo Blanco de Porcuna, en la histórica y tartesia Ipolka. En una de sus caras tiene una flor de loto y un grifo sedente, mientras que en el otro lado y en la misma postura, un cérvido.
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