Tᴇ ᴏғʀᴇᴢᴄᴏ ᴍɪs ᴍᴀɴᴏs!
Los egipcios cortaban las manos de sus enemigos (manos, cabezas, lenguas, orejas, penes...) para recuento de las bajas infringidas o como pena por algún delito. Aquí en Iberia también se hicieron esas mutilaciones.
Era práctica habitual de los vecinos lusitanos y ciertas evidencias nos indican también que entre los iberos, pero quizá con un objetivo no tanto matemático, sino votivo. Ofrecer las muertes en la batalla a un dios de tradición mediterránea, compartido con los etruscos... el dios Netón ( o Neitín- Neithi - Neto). Manos diestras para su dios de la guerra.
Este nombre aparece en Guadix, en Coimbra, en Sierra Mágina, en Trujillo... incluso en el bronce de Botorrita aparece Neito. Pero también en la estela de Huesca. Por toda la península, por lo que estaríamos hablando de una deidad no ibera (o no exclusiva ibera) si no ibérica.
Pero es curioso la presencia de los caballos en un fragmento relacionado con este monumento ibérico, pudiendo darse una doble votividad, una dual función oferente: a Netón y a Ipona, diosa ibera de los caballos, potnia theron mediterránea. Y quizá abriría la posibilidad de emparentar ambas deidades en una relación.
Estrabón (Geogr.III, 3. 6), les dedica unas palabras en su obra:
“Los lusitanos son dados a los sacrificios y examinan las entrañas sin separarlas del
cuerpo; se fijan en las venas del costado y adivinan palpando. Hacen también predicciones por las entrañas de los cautivos de guerra, a los que cubren con sayos. Luego, cuando son heridos por el arúspice en las entrañas, adivinan en primer lugar por la forma en que caen. Cortan las manos de los prisioneros y consagran las diestras.”
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